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miércoles, 20 de mayo de 2009

DESDE 2001 SEIS OSOS HAN SIDO ANIQUILADOS EN LA MONTAÑA PALENTINA

En septiembre de 2005 dos osos pardos aparecieron muertos en el Parque Natural de Fuentes Carrionas. Ninguno de ellos había perecido por causas naturales; uno había sido tiroteado y el otro envenenado con Aldicarb, una sustancia presente en algunos fitosanitarios. Dos años más tarde, en 2007, dos nuevos casos sacudieron a la menguada y frágil población de apenas 25 osos que se asientan sobre Palencia, el sur de Cantabria y áreas aledañas de los montes de Riaño, en León. Y nuevamente esos casos se producen en el corazón del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, confirmándose también el envenenamiento en uno de los ejemplares.


El hallazgo el pasado lunes 20 de abril de los restos de un nuevo ejemplar muerto –entre los que no se ha encontrado el cráneo- ha hecho saltar nuevamente todas las alarmas ante esta autentica sangría en el Parque Natural de Fuentes Carrionas, un espacio amenazado por múltiples factores, y que afecta a su especie más emblemática.


Se da además la circunstancia de que en el marco de Castilla y León habría de añadirse el oso atropellado en la A-6 en Trabadelo (León) en octubre de 2008 que según algunas noticias muy probablemente estuviese también envenenado.
Si a ello sumamos los dos casos sucedidos en 2001, en Palencia nuevamente, y en 2006 en Ancares de León, la trágica suma asciende a 8 ejemplares a los que se añadiría el oso con unas terribles heridas de lazo encontrado en Páramo del Sil, también en León, a finales de verano de 2008 y del que nada más se supo.




8 ó 9 osos muertos en apenas ocho años, en una población estimada de 120 ejemplares (sumando las dos poblaciones cantábricas), es una cifra espeluznante, pero si nos referimos sólo a la población oriental (con un censo de 25 ejemplares) y nos fijamos en esos 6 osos muertos en Palencia, el dato sobrepasa la barrera de la emergencia.

¿Hay culpables de esta situación? Evidentemente los primeros culpables son los desalmados, ciudadanos indeseables, capaces de disparar o envenenar de forma cobarde. Pero no es menos cierto que las administraciones públicas tienen algo que decir en este triste fenómeno. O mejor sería decir, tendrían algo que decir, porque la realidad es que ante esta concatenación de sucesos el gobierno regional de Castilla y León corre un tupido velo, malgasta los fondos que debieran destinarse a una buena vigilancia y conservación de los osos y su hábitat y se lanza en los días siguientes a la aparición de un cadáver a una campaña de autobombo sobre las excelentes cifras de osas con crías como si estuviésemos en un matadero, en el que mueren muchos ejemplares pero entran nuevas reses a la cadena de la muerte.

En el fenómeno del veneno Castilla y León tiene el dudoso honor de ocupar puestos de preferencia. El informe sobre el veneno en España elaborado por WWF en 2007 señala a Castilla y León (573 casos y 1.683 animales recogidos muertos) con el segundo puesto en el “ranking” de envenenamientos, sólo por detrás de Andalucía.

¿Es esto casual? Creemos que no. Existe la opinión generalizada de que estos datos retratan una pésima gestión de la naturaleza por parte de un gobierno regional que protagoniza escándalos como el del proyecto de estación de esquí en San Glorio; el envenenamiento masivo por los topillos; el del exconsejero de medio ambiente sorprendido con un cepo en un coto de caza; el incumplimiento de dictámenes judiciales de cierre de la mina ilegal de El Feixolín (León);

el de un Director General imputado por la tala ilegal y masiva en Navas del Marqués que recientemente ha sido designado Jefe de Medio Ambiente en la provincia de León;…

¿Hasta cuando debemos soportar esta situación intolerable? Los sucesivos gobiernos de Castilla y León, todos del mismo signo político, han creado una situación endogámica irrespirable. La seguridad que les otorga su inmovilidad en los cargos ha acarreado actitudes de una soberbia más propia de regimenes dictatoriales que de estados democráticos.

Los osos mueren envenenados o tiroteados y aquí nadie mueve una sola pestaña. Quizás pueda parecer una advertencia apocalíptica, pero es una realidad palpable en una región en la que la administración intenta aniquilar o enmudecer cualquier reacción en contra del mismo modo que los furtivos aniquilan a los osos.


Por todo lo expuesto, desde la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica requerimos a las Cortes de Castilla y León a que tomen urgentes cartas en el asunto. Unas cartas que debieran comenzar por la petición urgente del cese de forma inmediata del Director del Parque Regional de Fuentes Carrionas, del Jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente en Palencia y de la cúpula de la Consejería de Medio Ambiente por una manifiesta inaptitud para el desarrollo normal de sus funciones, cuando no una dejación directa de las mismas de forma continuada.


PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE LA CORDILLERA CANTÁBRICA


1 Comment:

Anónimo dijo...

SEIS QUE SE CONOZCAN,ESTOY SEGURO DE QUE HAN CAIDO MAS,APARTE DE OTROS CARNIVOROS.UNA PENA PARA LA MONTAÑA PALENTINA.YO LES ACONSEJARIA QUE ESTARIAN ATENTOS Y VIGILARIAN LOS PUEBLOS POR DONDE APARECEN LOS CADAVERES Y POR DONDE SE VEN A ALGUNOS EJEMPLARES,ES POSIBLE QUE SE HACERQUEN AL OLOR DE OTROS ANIMALES QUE HAN SIDO ASESINADOS Y QUE LOS TENGAN EN SUS CASAS.MALA GENTE ESTA QUE ENVENENA EL MONTE.RECIBE UN SALUDO.
JOSE IGNACIO ARNAIZ FERNANDEZ

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